24/11/07

En torno a la libertad artística

- Protesto, - me decía un poeta “au dessus de la melée”- de que el artista y el escritor se sometan al yugo de ningún gobierno ni clase social, así sean estos el partido soviético y la clase proletaria. El artista y el escritor no tienen nada que ver con la política de partidos y de clases y deben trabajar en su arte, dentro de una libertad y una independencia absolutas.

- ¿Cree usted –le argumenté- que ha habido en la historia escritores y artistas libres e independientes desde este punto de vista?

- Naturalmente. Hoy mismo, ahí tenemos a Bernard Shaw, Stravinsky, Picasso, Chaplín.

- ¿Sí? ¿Libres de qué? ¿Independientes de qué?

- De la política de Chamberlain, de Stalin, de Chautemps, de Roosevelt.

- Alto ahí. Entendámonos. Póngase el caso de que un día Picasso pinte un Laval cubista, haciendo sablear por la policía de Lille a los tejedores franceses, porque reclaman un aumento de salarios. ¿Qué ocurriría? Ocurriría esto: en primer lugar, ni M. Rosenberg “marchand” de Picasso- ni ningún otro “marchand de tableaux” de París querría exponer ese lienzo al público en su galerías; en segundo lugar, al público de la rue de la Boétie –público “chic”, “le tout París cultivé et riche”, capaz de comprar los cuadros carísimos de Picasso- se indignaría y hallaría el tema hasta el desarrollo artístico del lienzo, “droles”, de mal gusto, truculentos y, por último, enojosos, cuando no “pas interessants” (¡y ya sabemos por qué!); en tercer lugar, la crítica de “Le Temps”, de “Le Figaro”, de “Paris Midi”, etc..., pondrían el grito en el cielo; y, en cuarto lugar, la policía secreta del famoso M. Chiappe visitaría una tarde a Picasso y le haría una notificación, por cierto, no muy agradable. Total, el pintor perdería en su prestigio y, consiguientemente, en su cartera, aparte de quedar sometido a una vigilancia sorda y alevosa, que puede terminar con el artista en Irún. ¿En qué quedo la libertad del pintor? Y conste que el tema del cuadro no sería invención de Picasso, sino tomado de la realidad de lo sucedido en Julio de 1930, cuando Laval era Ministro de Trabajo. Y conste, en fin, que las tragedias y –más si son sociales- contienen sugestiones artísticas de primera categoría.

- Pero, precisamente –me decía un poco vencido, el poeta “au dessus de la melée”- el artista no debe meterse en temas políticos. Picasso no pintará nunca un cuadro semejante y, así, no le acontecerá jamás lo que usted dice...

- Claro, Desde luego. Picasso y los demás artistas “libres” no se meten en temas políticos por eso: para que no les suceda nada. Desconocen la frase de Zola: “Yo no puedo callar, porque no quiero ser cómplice”. Es muy cómodo ver los toros de lejos. ¿Qué importa que esos temas tengan, por sí mismos, una grandeza temática extraordinaria? Pero de meterse en ellos, adiós “libertad”.

- Pero Picasso, como otros grandes artistas, está lejos de hacerlo por cobardía y egoísmo...

- Ya, ya...Se trata de un egoísmo inconsciente y de una dependencia a la clase y al Estado Burgués, asimismo inconsciente.

- Supongamos que así fuese. Pero de ahí a someterse con plena conciencia a un Estado y a una clase social, como lo hacen, por desgracia, los escritores y artistas rusos, hay un abismo y no hay una comparación posible.

- De acuerdo. No hay comparación posible. Mientras los artistas y escritores burgueses están sometidos a los Estados y clases capitalistas –basados en la explotación de la mayoría por unos cuantos parásitos, llamados patrones, en la injusticia más infame y en contradicciones crecientes, que están precipitando esos sistemas en la descomposición y la debacle irremediable- los escritores y artistas bolcheviques se someten, espontánea, racional y conscientemente (usted mismo lo ha dicho) a la dictadura proletaria y a la clase obrera y campesina, que lucha por implantar en el mundo la igualdad económica y la justicia social y que lleva en sus entrañas la salud y la dicha de la humanidad. Vosotros vais atados a un carro que está despeñándose al abismo y no tiene salvación; nosotros vamos atados a un carro que marcha hacia el porvenir. En cuanto a la libertad, - no absoluta como ustedes la conciben, sino relativa - ella alcanzará su máxima expresión en la sociedad socialista, creada, precisamente, por la revolución proletaria.

El poeta “au dessus de la melée” se quedó viéndome.

Dime como escribes y te dire lo que escribes.

La técnica no se presta mucho, como a simple vista podría creerse, a falsificaciones ni a simulaciones. La técnica, en política como en arte, denuncia mejor que todos los programas y manifiestos la verdadera sensibilidad de un hombre. No hay documento más fehaciente ni dato más auténtico de nuestra sensibilidad, como nuestra propia técnica.
Creen muchos que le técnica es un refugio para el truco o para la simulación de una personalidad. A mí me parece que, al contrario, ella pone siempre al desnudo lo que, en realidad, somos y adónde vamos, aun contradiciendo los propósitos postizos y las externas u advenedizas cerebraciones con que quisiéramos vestirnos y aparecer.

La responsabilidad del escritor

Me refiero ahora al aspecto de la responsabilidad del escritor ante los momentos más graves de la Historia. Este aspecto pobre de conciencia profesional del escritor.
Hablemos un poco de esa responsabilidad, porque creo que en este momento, más que nunca, los escritores libres están obligados a consustanciarse con el pueblo, hacer llegar su inteligencia a la inteligencia del pueblo y romper esa barrera secular que existe entre la inteligencia y el pueblo, entre el espíritu y la materia. Estas barreras, lo sabemos muy bien, han sido creadas por las clases dominantes anteriores al dominio de la monarquía. Creo, pues, necesario llamar la atención de los escritores, diciéndoles que es necesario, no que el espíritu vaya a la materia, como diría cualquier escritor de la clase dominante, sino que es necesario que la materia se acerque al espíritu de la inteligencia, se acerque a ella horizontalmente, no verticalmente; esto es hombro a hombro.
Jesús decía: "Mi reino no es de este mundo". Creo que ha llegado un momento en que la conciencia del escritor revolucionario puede concretarse en una fórmula que reemplace a esta fórmula, diciendo: "Mi reino es de este mundo, pero también del otro".
Por desgracia, la conciencia de la responsabilidad profesional del escritor no está bastante desenvuelta entre la mayoría de los escritores del mundo. La mayor parte de los escritores están al lado del fascismo porque carecen de esta conciencia profesional, de esta conciencia de su acción, de su historia; pero nosotros tenemos de nuestro lado lo mejor del pensamiento del mundo, lo mejor en calidad.
Otra prueba de que la conciencia de la responsabilidad del escritor no están bastante desarrollada es que en las horas difíciles por que atraviesan los pueblos, la mayor parte de los escritores se callan ante las persecuciones de los gobernantes imperantes; nadie pronuncia una palabra en contra, y ésta es una actitud muy cómoda. De desear sería que estas horas de lucha en que la policía, la fuerza armada, están amenazando la vida, la actividad de los escritores y del pueblo entero, que estos escritores levanten su voz en estas horas y que tengan el valor de protestar de esta tiranía, de esta actitud.
Los responsables de lo que sucede en el mundo somos los escritores, porque tenemos el arma más formidable, que es el verbo. Arquímedes dijo: "Dadme un punto de apoyo, la palabra justa y el asunto justo, y moveré el mundo"; a nosotros, que poseemos ese punto de apoyo, nuestra pluma, nos toca pues, mover el mundo con esta arma.
Naturalmente, el problema se reduce a un problema de tipo personal y de interés de los propios escritores, porque no movilizamos nuestras plumas, no estamos contra los gobiernos, contra la prensa enemiga, contra los escritores llamados neutrales.
En la mayoría de los casos, los escritores no tenemos heroicidad, no tenemos espíritu de sacrificio. Charloi decía: "Nosotros los escritores, tenemos una verguenza enorme que nos hace bajar la cabeza, y es la de ser escritores".
Hora es de asumir vuestro papel valerosamente, tanto en las horas en que estamos bajo un gobierno propicio, como también en las horas en que estamos bajo un gobierno adverso.
Hemos venido con un objeto, hemos venido en una misión profesional, que consiste en darnos cuenta de la materia prima que debe tener cada escritor creador, cual es el contacto con la realidad, que hoy más que nunca puede darnos frutos.
Para nosotros los escritores revolucionarios, un hombre culto es el hombre que contribuye individual y socialmente al desarrollo de la colectividad en un terreno libre de concordia, de armonía y justicia por el progreso común individual.
Hay algunos compañeros intelectuales que se hayan preguntado: ¿Es posible que el concepto de cultura se hay tamizado hasta el punto que el hombre tenga que ser el esclavo de lo que ha hecho sacrificando su vida en servicio de una cultura, de un cuadro de pintura?" Para nosotros, el concepto de cultura es otro; creemos que los museos son obras más o menos perecederas de capacidad más gigantesca que tiene el hombre, y querríamos que en un radio de ensueño artístico, de ideal casi absurdo, querríamos, digo, que en esta contingencia trágica del pueblo suceda lo contrario. Que en medio de una batalla de las que libra el pueblo y el mundo entero, los museos, los personajes que figuran en los cuadros hayan recibido tal soplo de vitalidad que se conviertan también en soldados en beneficio de la Humanidad. Es necesario darnos cuenta de nuestra misión aquí.
Nota: Extraído del discurso dado en España, 1937, durante el "II Congreso Internacional de Escritores Revolucionarios Antifacistas", denominado "Congreso para la Defensa de la Cultura".

Regla gramatical

La gramática, como norma colectiva en poesía, carece de razón de ser. Cada poeta forja su gramática personal e instransferible, su sintaxis, su ortografía, su analogía, su prosodia, su semántica. Le basta no salir de los fueros básicos del idioma. El poeta puede hasta cambiar, en cierto modo, la estructura literal y fonética de una misma palabra, según los casos. Y esto, en vez de restringir el alcance socialista y universal de la poesía, como pudiera creerse, lo dilata al infinito. Sabido es que cuanto más personal (repito, no digo individual) es la sensibilidad del artista, su obra es más universal y colectiva.

Poesía e Impostura

Hacedores de símbolos, presentaos desnudos en público y sólo entonces aceptaré vuestros pantalones.
Hacedores de imágenes, devolved las palabras a los hombres.
Hacedores de metáforas, no olvidéis que las distancias se anuncian de tres en tres.
Hacedores de linduras, ved cómo viene el agua, por sí sola, sin necesidad de esclusas; el agua, que es agua para venir, mas no para hacernos lindos.
Hacedores de colmos, se ve de lejos que nunca habéis muerto en nuestra vida.

El problema obrero

La humanidad se halla de pronto ante un problema (el obrero) que conteniendo todos los demás problemas humanos (morales, artísticos, etc) la espanta a ella misma, y no puede resolverlo con la razón y el consciente, so pena de abdicar sus derechos clasistas la burguesía. Es entonces que el pensamiento burgués se evade de la razón y del consciente y se hunde en el inscosciente, en la superrazón y en la libido freudeana. Y todo porque no tiene valor de utilizar su razón justamente en la solución del gran problema obrero, que traerá la solución de todos los otros problemas universales.

11/11/07

Si no he de ser libre hoy....

El libro ha nacido en el mayor vacío. Soy responsable de él. Asumo toda la responsabilidad de su estética. Hoy, y más que nunca quizás, siento gravitar sobre mí, una hasta ahora desconocida obligación sacratísima, de hombre y de artista: ¡la de ser libre! Si no he de ser libre hoy, no lo seré jamás. Siento que gana el arco de mi frente su más imperativa fuerza de heroicidad. Me doy en la forma más libre que puedo y ésta es mi mayor cosecha artística. ¡Dios sabe hasta dónde es cierta y verdadera mi libertad! ¡Dios sabe cuánto he sufrido para que el ritmo no traspasara esa libertad y cayera en libertinaje! ¡Dios sabe hasta qué bordes espeluznantes me he asomado, colmado de miedo, temeroso de que todo se vaya a morir a fondo para que mi pobre ánima viva!.
Nota: Comentario propio de César Vallejo cuando publicó el libro "Trilce"

10/11/07

Soneto

El día toca a su fin. De la cumbre
de un enorme risco baja el rebaño
pastor garrido, que con pesadumbre
toca en su quena un yaraví de antaño.

El sol que lento cae, con su lumbre
dá un tinte de misterio y de tristeza
á un campo de solemne soledumbre.
La aura pasa suave. La noche empieza.

La choza pastoral está á la orilla
de un río de corriente silenciosa;
hila en la puerta una india candorosa.
.…………………………………….
Después los labradores en cuadrilla
rendidos se recogen a la choza
………………………………………
Dá las seis el reloj de una capilla……



Nota: El primer poema publicado por el poeta César Vallejo ."Soneto" fue publicado en la revista "El minero ilustrado", en Cerro de Pasco, Perú, el 6 de diciembre de 1911. Este poema fue encontrado por el profesor peruano Hugo Arias Hidalgo cuando realizaba sus investigaciones de posgrado de la Universidad Hermilio Valdizán de Huánuco.


Nota periodística del portal La Ventana

La liga de las naciones

Los problemas sociales no pueden ser resueltos sino por la ciencia, y la ciencia, en este caso, se reduce puramente a la economía....

La Liga de las Naciones no es más que una Liga de los imperialismos, que trata de resolver los conflictos financieros resultantes de la evolución histórica de la sociedad burguesa, repartiéndose la totalidad de las riquezas y fuerzas productivas del mundo...

Mientras tanto, las contradicciones económicas del capitalismo se agravan más y más....

Fragmetos del artículo "El último discurso de Briand", Setiembre 1929

7/11/07

Entrevista Dos

César Vallejo ¿a qué viene usted?
Pues a tomar café.

¿Cómo empezó a tomar café en su vida?
Publiqué mi primer libro en Lima. Una recopilación de poemas: Heraldos Negros. Fue el año 1918.

¿Qué cosas interesantes sucedían en Lima en ese año?
No sé... Yo publicaba mi libro..., por aquí se terminaba la guerra... No sé.

¿Qué tipo de poesía hizo usted en sus Heraldos Negros?
Podría llamarse poesía modernista. Encajaban, sí, en un modernismo español, en un sentido tradicional con lógicas incrustaciones de americanismos.

¿Recuerda, usted...?
Pablo Abril, presente en la entrevista, es quien la recuerda:
“Qué estará haciendo ahora mí andina y dulce Rita/ de junco y capulí; ahora que me asfixia Bizancio y que dormita/ la sangre, como flojo coñac, dentro de mí”
Lo ha recitado César Vallejo mal, muy mal; pero no tan mal que yo no aprecié las excelencias de esta estrofa, que revela, y más si se la mira con el sentido histórico de su fecha, un auténtico fino poeta. En ella veo, por lo pronto...
Veo por de pronto, amigo Vallejo, algo importantísimo en un poeta y sin cuya condición no me interesan ni los poetas ni los prosistas ni las locomotoras; la precisa adjetivación: “flojo coñac”
La precisión me interesa hasta la obsesión. Si usted me preguntara cuál es mi mayor aspiración en estos momentos, no podría decirle más que esto: la eliminación de toda palabra de existencia accesoria, la expresión pura, que hoy mejor que nunca habría que buscarla en los sustantivos y en los verbos... ¡ya que no se puede renunciar a las palabras!...
Vallejo busca un libro, que yo he traído al café, y elige lo siguiente:
“La creada voz rebélase y no quiere ser malla, ni amor./ Los novios son novios en eternidad,/ Pues no deis 1, que resonará al infinito. Y no deís 0, que callará tanto,/ hasta despertar y poner de pie el 1”

Muy bien ¿Quiere decirme por qué se llama su libro “Trilce”? ¿Qué quiere decir “Trilce”?
Ah, pues “Trilce”, no quiere decir nada. No encontraba, en mi afán, ninguna palabra con dignidad de título, y entonces la inventé; “Trilce” ¿No es una palabra hermosa? Pues ya no pensé más: “Trilce”.

¿Cuándo llega usted a Europa, a París, Vallejo?
En 1923, con “Trilce” publicado el año anterior.

¿Usted no conocía a los modernos poetas franceses?
Ni a uno, El ambiente de Lima era otro. Había alguna curiosidad; pero concretamente yo no me había enterado de muchas cosas.

¿Cómo pudo hacer ese libro entonces, ese libro que, incluso como poesía verbalista, pregona conocimientos de toda clase?
Me dí en él sin salto desde los Heraldos negros. Conocía bien los clásicos castellanos. Pero creo, honradamente, que el poeta tiene un sentido histórico del idioma, que a tientas busca con justeza su expresión.

¿Qué gente conocía usted en París?
Poca. Desde luego no busqué escritores. Después encontré a un chileno, Vicente Huidobro, y aun español, Juan Larrea.

Para terminar, amigo Vallejo, ¿obras inéditas?
Un drama escénico: “Mámpar”. Un nuevo libro de poesía.

¿Qué título?
Pues... “Instituto Central del Trabajo”
Anotación: El 27 de enero de 1931, César Gonzáles Ruano publicó en el desaparecido Heraldo Negro de Madrid una curiosa entrevista, hecha a un escritor peruano apenas conocido. Esta es, probablemente, una de las dos únicas entrevistas hechas al universal poeta peruano.

Carta a Pablo Abril

París, le 29 octubre 1927

Les Grands Journaux
Etc.

Mi querido Pablo:

Le agradezco de todo corazón cuanto ha hecho por mí para cobrar la beca de setiembre. Esos dineros han llegado a su hora y esto es doble motivo para agradecérselo, querido Pablo.
Ha hecho usted bien en tomar algunas pesetas de allí. Por qué no tomó más? Me mortifica que así no lo haya hecho, desde que sabe usted cuánto fraternizo con sus angustias y dificultades de todo orden. Además, hemos podido compartir por amistad esos dineros, puesto que, según veo, usted lo necesitaba. Por lo demás, no se preocupe del envío de esa pequeñez lo que me da pena es que mi situación no me permita serle útil en alguna cosa. Ya le he dicho cómo vivo ahora. Esto de la “Razón” me devora todo mi tiempo para ganar 500 francos, que sólo sirven para pagar mi cuarto. Creo que voy a dejarla, para lanzarme no sé adónde.
Xavier ha decidido volver a Madrid el miércoles 9 de Novbre. En vista de las reflexiones que usted le hace. Espera solamente su pensión de Stbre., para pagar sus deudas y para su pasaje a Madrid. Me dice que así le escribe ahora a usted, largamente. Yo cumplo siempre con sus instrucciones sobre la necesidad de encaminarlo por los caminos reales y vitales del mundo. De ello le hablo siempre, con todo cariño.
Guillermo me dice que le ha enviado los libros hace un mes o más. Qué se puede hacer con este hombre? Demandarle ante la justicia? Es, a lo que vemos, un buen bribón. Pero, naturalmente, no sé qué podemos hacer de él. Podría usted escribirle, amenazándole de enjuiciarlo, para ver si así cumple.

Espero sus líneas cuanto antes y le reitero mi cariñoso abrazo por el día 28.

Fraternalmente suyo.
César.
Nota: Carta manuscrita de César Vallejo a Pablo Abril de Vivero.

Que me paguen cuanto antes

(París, 2 de marzo de 1926)


Aprovecho la fina gentileza del señor doctor Juan Bustamente de la Fuente, para suplicar a usted me haga el favor de poder a su disposición el valor de mis crónicas publicadas hasta ahora en “Variedades”, que según creo, asciende a quinientos francos. El doctor Bustamante de la Fuente está autorizado para recoger ese dinero y enviármelo directamente a mí.


(París, 30 de octubre de 1926)


Vuelvo a permitirme suplicar a usted se sirva a enviarme el valor de mis crónicas ya publicadas en “variedades”. Le ruego hacerme este envío a la mayor brevedad, en un giro bancario sobre París.


(Moscú, 28 de octubre)


Por noticias que recibo del Sr. Ernesto La Rosa, mi apoderado para cobrar mis crónicas de “Variedades”, sé que la especial situación administrativa de la revista impide por el momento el pago de mi colaboración. Comprendo, me explico muy bien esta situación. Sin embargo, me permito suplicarle haga lo posible, de su parte, a fin de que me paguen cuanto antes.


(....................)

Nosotros, en frente de Europa

¿Solidaridad? ¿Comprensión? No existe nada de esto en Europa respecto a la América Latina. Nosotros, en frente de Europa, levantamos y ofrecemos un corazón abierto a todos los módulos del amor, y de Europa se nos responde con el silencio y con una sordez premeditada y torpe, cuando no con un insultante sentido de explotación.
Luego, se suceden los reclamos históricos pero, a todas luces, también muy personales. En suma, Europa finge ignorarnos porque nos teme y nos envidia. Aunque, dicho sea de paso, sí le permite a la vil ciertas licencias: Puede Europa desdeñar o ignorar a los africanos, a los australianos. ¿Pero a nosotros?.


Publicado en "El Norte" de Trujillo. Febrero de 1924.

El espíritu universitario

Por mucho que Jaurés quería convertir a la Universidad en exclusivo foco de deberes revolucionarios y centro de todos los liberalismos, el espíritu universitario ha sido y continúa siendo, sobre todo, un hogar de serenidad espiritual, que no hay que confundir con el anquilosamiento y un austero laboratorio de alta creación. En América, por el contrario, la Universidad ha descendido de su rol creador a la barricada lugareña y capitulera, con todas sus ruinas, su personalismo de charol y sus mesianismos de segunda mano. En Europa la Universidad crea silenciosamente, dejando el papel divulgador a otros factores sociales. En América, la Universidad tiende a reducirse a la ya famosa extensión universitaria o universidad popular, cuando ella no se circunscribe a la repetición en familia de la cultura europea. De allí que, mientras de la universidad europea sale la ciencia, la filosofía y todos los principios ideales y vivientes que rigen la existencia y el desarrollo del espíritu humano, de la universidad latinoamericana no salen más que divulgadores...Quien quiera trabajar sinceramente por los pueblos tendrá que convenir en que el más grave foco de mixtificación y obscurecimiento que existe actualmente en el Continente, es el espíritu universitario. En él se incubó ayer el plagio a la democracia europea y en él se está incubando ahora el plagio comunista. Hay que empezar por destruirlo de raíz, todas sus formas y manifestaciones.
París, agosto de 1927

3/11/07

La justicia no es función humana

La justicia no es función humana. No puede serlo. La justicia opora tácitamente, más adentro de todos los adentros, de los tribunales y de las prisiones. La justicia ¡oídlo bien, hombres de todas las latitudes! se ejerce en subterránea armonía, al otro lado de los sentidos, de los columpios cerebrales y de los mercados. ¡Aguzad mejor el corazón! La justicia pasa por debajo de toda superficie y detrás de todas las espaldas. Prestad más sutiles oídos a su fatal redoble, y percibiréis un platillo vigoroso y único que, a poderío de amor, se plasma en dos; su platillo vago e incierto, como es incierto y vago el paso del delito mismo o de lo que se llama delito por los hombres.

La justicia sólo así es infalible: cuando no ve a través de los tintóreos espejuelos de los jueces; cuando no está escrita en los códigos; cuando no ha menester de cárceles ni guardias.

La justicia, pues, no se ejerce, no puede ejercerse por los hombres, ni a los ojos de los hombres.Nadie es delincuente nunca.

O todos somos delincuentes siempre.

¿Qué ideas se formarán esos intelectuales burgueses?

¿Qué ideas se formarán esos intelectuales burgueses? Creen que la humanidad es su patria y las virtudes humanas están sólo en sus reyes y presidentes. Curioso debe ser su cerebro. Curioso serían analizar sus obras en relación con la realidad social, que no sólo está formada por la burguesía, sino, sobre todo, por el proletariado. Tienen sensibilidad clasista y sus ojos no ven sino su clase social y no la clase obrera.