10/8/07

Caía el granizo...

Caía el granizo. Un pastorcillo fue a guarecerse con unas dos ovejas en el redil abandonado, y hacía reventar en las costillas del viento su honda. Dio unos gritos melancólicos en el abismo, donde las hierbosas quebradas rezumaban ya, y a sus gritos respondió el sereno peñasco majestuoso con el eco cavernoso y de encanto de la inconciencia inorgánica; eco invisible y opaco recocido, con que responde la piedra dura soberana a la cruda voz del Hombre; manera de espejo sonoro, en cuyo fondo impasible está escondida la simiente misteriosa e inmarchita de inesperadas imágenes y luces imprevistas...

Fragmento en "Favla Salvaje"

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